El origen de Freixenet se empieza a escribir hace más de un siglo con la unión de dos familias, los Ferrer, de la finca la Freixeneda, y los Sala, de Sant Sadurní d’Anoia, viticultores desde 1861. Tras contraer matrimonio, Pedro Ferrer y Dolores Sala decidieron refundar la empresa familiar.

Acertadamente pasaron de elaborar vino tranquilo a vino espumoso y lo hicieron siguiendo el método tradicional, producto que hoy conocemos como cava. Es muy curioso porque para poner nombre a su nuevo producto, se inspiraron en el sobrenombre con el que se conocía a Pedro por ser el más pequeño de los Ferrer de La Freixeneda.  Y así es como nació en 1914 la marca que hoy todos conocemos, Freixenet.